sábado, 26 de noviembre de 2011

Presentación Polícas públicas Juveniles

LOS VERDADEROS ESPACIOS PARA LA JUVENTUD EN LA ACTUALIDAD

LOS VERDADEROS ESPACIOS PARA LA JUVENTUD EN LA ACTUALIDAD

Si bien hemos reconocido que la juventud es el motor de la sociedad en todos los ámbitos, también hemos de aceptar que existen problemáticas muy importantes ante su consolidación, una de ellas es la diferenciación entre juventud y adolescencia, otra es su visibilización cultural y política y finalmente su participación e inserción en el ámbito productivo y profesional.

Ante el proceso de participación política y cultural en que prefieren participar los jóvenes en la actualidad, aparece un fenómeno que a lo largo de este diplomado se ha planteado como un parte aguas que procesalmente es necesario en la consolidación de la identidad y participación juvenil y es la contracultura.

Los jóvenes en instancias primarias se organizan y agrupan de manera mínima, generando identidad , roles, tradiciones y costumbres que no necesariamente son aceptadas por el resto de la sociedad, creando modas, ideologías y generalizaciones culturales que después se convierten en tribus y posteriormente en movimientos juveniles de impacto mundial.

Este proceso de contracultura culmina cuando son aceptados socialmente, y en tanto, utilizan espacios no formales y alternativos al funcionamiento social establecido.

En tanto, el gobierno ha respondido ante estas expresiones, para la mayoría de los gobiernos, a través de la violencia, para unos, otros a través de la creación de instituciones que pretenden dar respuesta y mantenerlos en la oscuridad social y sin el reconocimiento de sus pensamientos, iniciativas y expresiones sociales y culturales.

La creación de instituciones como el Instituto Nacional de la Juventud, han permitido canalizar actividades y reacciones juveniles, sin embargo, éstas no tienen ni el presupuesto, ni la infraestructura suficientes para canalizar e insertar a millones de jóvenes que se encuentran ausentes de procesos educativos, de seguridad social y de alternativas de ejercicio cultural que les permita consolidarse e insertarse en la adultez.

Del total del Producto Interno Bruto, el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, establece que menos 0.01 porciento se asigna a este tipo de organizaciones, por lo que las respuestas a estos programas resultan igual de raquíticas que su propia inversión.

Particularmente el mexicano, ha padecido desde su independencia, de un modelo gubernamental, estructural y creciente que le permita dar el reconocimiento y crecimiento a su juventud, el comercio informal, la falta de acceso a la educación y la salud, así como la ausencia total de un acercamiento cultural, han generado un rezago en el desarrollo juvenil y ésta se ha inclinado por acciones de delincuencia, crimen organizado y comercio informal, vías y alternativas únicas y fáciles para la sobrevivencia social.
Los periodos electorales son los únicos eventos sexenales que le permiten vislumbran una pequeña luz a lo largo del túnel por el que transita nuestra juventud, después el mismo ciclo. Debemos referir a la educación como una de las alternativas más viables para el fortalecimiento y enriquecimiento de nuestra sociedad.

martes, 8 de noviembre de 2011

Mundos juveniles

DIPLOMADO MUNDOS JUVENILES
MODULO 1
ELABORADO POR: IRIANA GONZÁLEZ MERCADO

Las problemáticas y los retos de los jóvenes de hoy
El presente ensayo tiene como propósito exponer una postura analítica sobre el tema de la juventud y sus problemáticas, como parte de las temáticas estudiadas en el Diplomado Mundos Juveniles (2011). Para cumplir con tal objetivo, consideraré la información presentada en la plataforma, así como la lectura titulada “desarrollo y los problemas de la juventud” de Sven MФrch, entre otras fuentes.
Partiendo del contenido fundamental de esta primera unidad, se reconocen tres tópicos importantes en el estudio de la juventud: su conceptualización en las diferentes etapas históricas, las instituciones que determinan su identidad y los problemas que los enmarcan. Vayamos por partes.
Empezaremos por determinar cómo se ha concebido el término de “joven” en las diversas etapas de la historia. El inicio de este proceso, está registrado desde la época primitiva y es Levy Strauss, quien identifica al término juventud como el grupo de seres humanos encargados de la reproducción social, identificando a este grupo de individuos que sin ser niños ni adultos, comenzaron a desarrollar funciones de caza y de recolección para la sobrevivencia familiar. Púberes, conocidos así en esta época, son identificados como los desarrolladores sociales aún sin la presencia del Estado.
Efebos, definición que corresponde al período clásico, es en Grecia y Roma donde la juventud retoma una importancia relevante, ya que la juventud es exhibida como el modelo ideal para la milicia y la educación. Se construye el Estado y la juventud permite la consolidación de los sistemas políticos, sociales y educativos. Se institucionaliza su actividad social.
Por su parte, los Mozos, término perteneciente a las sociedades campesinas, preindustriales, son protagonistas de la transición del campo a la Ciudad, de la industrialización del mundo y del inicio del reconocimiento social de seres humanos con estas características, cuya edad oscila entre los catorce y los dieciocho años.
Finalmente surge el concepto de Muchachos, quienes junto con la máquina de vapor, son referenciados ya como una clase social, con retos históricos que cumplir como su propio reconocimiento y sus derechos políticos, sociales y educativos. Rousseau, en su obra Emilio, es el primero en utilizar el término.
Contemporáneamente, la idea de los jóvenes ha adquirido percepciones negativas, pues muchas veces las personas (sobre todo las más mayores) definen a los jóvenes como persona incívicas o problemáticas, siendo su referente inmediato las drogas, el alcohol, la delincuencia o la deserción escolar. Motivo por el cual, los jóvenes buscan independizarse de este mundo adulto en donde no sólo la brecha generacional, sino ideológica los separa de una real y eficiente interacción social.
Al respecto, es indispensable considerar que la familia, como la principal institución social, influye sustancialmente en la identificación y caracterización del concepto de “juventud”, información que se registra desde el siglo XVIII, en donde empiezan a gestarse los oficios de los jóvenes fuera de la familia, cediendo responsabilidad educativa y laborar a otras instituciones. Surge, entonces, la educación como una institución soporte de la nueva conformación familiar y social .
Es importante rescatar que el individuo que se encuentra en esta etapa de transición muestra algunas problemáticas sociales que se reflejan en la interacción con su entorno. Sin embargo, la que mayor repercusión trae a los jóvenes radica en el proceso de transición en convertirse en sujetos independientes, pues recordemos históricamente se encuentran ligados a una autoridad (padres abuelos) que marca, en cierta medida, su comportamiento y rol social, incluso, sus derechos individuales están sujetos en este mismo tenor.
En este sentido, la independencia del grupo familiar se representa como esa separación del grupo familiar que otorga mayor sentido e importancia al joven que busca sus propios medios de existir en un entorno social cada vez más complicado: descomposición familiar, pérdida de valores, falta de oportunidades de empleo, apertura restringida a la educación, marginación social, violencia y drogadicción por mencionar algunos. Entonces, la preguntan obligada es ¿qué están haciendo las instituciones responsables para abatir estas vicisitudes?
Para Sven MФrch, la situación es crítica, pues señala que las instituciones no han sido capaces de descubrir las verdaderas raíces y significados de la juventud en un ámbito psicológico y social; pero sí se les percibe, y con gran intensidad, bajo esquemas productivos y económicos, ignorando el ámbito cultural.
Indudablemente, el desafío al que nos enfrentamos es saber cómo hablar a los jóvenes y no hablar de los jóvenes. Joven, púberes, Efebos, Muchachos, Adolescentes… Más allá de ser una etapa biológica, es una etapa de la vida, con atributos de diversas y dispares significaciones, valores y duración temporal según cada cultura y cada sociedad, particularidades del momento histórico.
Transformarse en adulto autónomo implica un lento aprendizaje, un progresivo ingreso a la cultura. En el contexto descrito, entendemos por cultura una organización social con valores, ideales, permisos, prescripciones y proscripciones. Por un lado, permite y ofrece pero, simultáneamente, también limita y restringe.
Las problemáticas, los desafíos y las crisis que rodean a la juventud invitan a reformular la construcción y la comprensión del estatus del joven. Es decir, la discusión de las dificultades que rodean o surgen de los jóvenes no se debe plantear en términos de si la juventud tiene problemas o si ella misma se constituye en problema. Más bien, esta discusión se debe plantear en términos de cómo las dificultades y los conflictos de la sociedad y sus instituciones impactan el bienestar y restringen el progreso de los jóvenes.
La juventud, entonces, no se debe ver simplemente como una población necesitada de intervención o reparación, sino como un colectivo de sujetos desprovistos de oportunidades y medios para actuar y decidir ante las dificultades y los retos que la sociedad les presenta. En otras palabras, la discusión o el análisis de los conflictos de la juventud exige ver a los jóvenes no como víctimas o victimarios sino como actores y participantes necesitados de más y mejores modos de actuar y decidir.
No soy experta en temas sobre juventud, pero trabajo todos los días con adolescente y considero que una posible manera de lograr mayor actuación y decisión social para y desde los jóvenes puede ser el desarrollo de facultades que les permita adquirir y ejercer poder político y simbólico en favor de sus propios intereses y necesidades. Quizá empezar por darles mayor y mejor formación académica y educativa sería un buen punto de partida.